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Javier:  Me encuentro con Fidel Aragón, Consultor empresarial y una vez más la dinámica consiste en comparar el tejido de una mochila, con la estrategia organizacional.

La pregunta es: ¿cuáles son los hilos con los que se teje la estrategia organizacional?
¿Qué hay involucrado en el tejido de eso que llamamos empresa?

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Fidel:  Efectivamente la analogía me parece muy válida, pues  son varios los elementos que se tienen que interconectar para poder conformar una organización.  Yo diría que lo primero que se debe tener claro en la arquitectura de una organización es su identidad.  Saber para qué se creó esa organización.

Los que creemos que hay un Dios, consideramos que todo lo que existe tiene un propósito y tiene que ser real, tangible, explícito para todos los que conforman el equipo.  El propósito organizacional se define en una misión, la razón de ser, y más allá de una frase que esté en una pared, o en una presentación es saber de verdad porqué debemos estar aquí en esta región, en este contexto, en este momento, en esta época.  El segundo hilo que debe ser sumamente interrelacionado y coherente es la visión, porque uno nace y está aquí, pero debe tener retos, un escenario de futuro hacia donde queremos evolucionar.

Afortunadamente los grados de libertad que se nos ofrecen son muchísimos. Puedo crecer en tamaño, en complejidad, en más productos, puedo crecer en número de clientes.  La gama de oportunidades de crecimiento es bárbara y es necesario escoger hacia dónde quiero crecer.

Ahora debemos definir el tercero que es el tipo de personas que van a hacer realidad esto, porque el sueño puede estar muy claro, pero si no tenemos claridad sobre el equipo de personas que necesitamos, con los valores, principios, competencias, roles, definitivamente no vamos a lograr nada.  Un hilo son las personas, otro hilo es la definición de misión, de visión, la estrategia.  Realmente cuando ellos se unen entre sí es cuando forman un algo, porque si no son un montón de cosas.

En muchos casos existen buenas ideas, pero realizarlas es poner en contacto todos esos hilos que mencioné y ese es el verdadero reto.  Steve Jobs decía: “yo pago un dólar las ideas, las iniciativas un dólar y pago millones de dólares por la implementación de esas ideas”, entonces realmente el reto no es tanto tener ideas o iniciativas, el reto es cómo lo vamos a desplegar, cómo lo vamos a construir, cómo vamos a hacer realidad ese sueño anhelado.

J:  ¿Cuál es el rol del empresario, es un hilo, o es el tejedor?

El primer rol del empresario es el de arquitecto organizacional, es antes que el tejedor, es el que tiene claro si va a ser una mochila roja, si va a ser azul, si va a ser de un metro, de cinco centímetros.

El empresario es el diseñador, el que tiene claro con toda precisión qué es lo que quiere para su organización.  En ese primer rol, aunque es importante que cuente con un grupo de expertos y asesores, finalmente es él quien determina con claridad qué se va a tejer. El segundo gran rol es vigilar que cada uno de los hilos se entretejan en el momento, proporción y ubicación correctas.

Sabemos que esto es un arte, porque muchas veces por tejer por un lado me descuido y oiga se me atrasó lo otro y esto quedó muy delgadito. El arte de un gran empresario y estratega es asegurar que estos hilos se estén tejiendo de manera uniforme, que sean coherentes con la apuesta del escenario de futuro que nació de una inspiración entonces el empresario dice, voy con toda la infraestructura, con todo el equipo, con todos los hilos, a hacer ese tejido.

J: ¿El empresario nace o se hace?

Definitivamente yo considero que más se hace.  Sin duda, hay algunas personas que nacen con ciertos dones o habilidades que apoyan ese ejercicio.  Sin embargo desgraciada o afortunadamente el rol de ser empresario no es una carrera de velocidad sino de esfuerzo.  De nada sirve que seas un excelente planificador, un excelente negociador, un excelente proyectista si finalmente no eres disciplinado.

J: Mencione tres valores indispensables para ser un empresario.

El primero es disciplina, sin duda no puede haber un empresario exitoso que no tenga disciplina.  Podrá ser un comerciante, o alguien mediocre, pero no podemos pensar en un empresario de éxito que no sea disciplinado.

Otra de las cosas que hemos visto en el mundo empresarial como factor de éxito, es alta tolerancia al fracaso y al error.  El empresario no ve sus fracasos como la muerte, sino como impulsadores de un nuevo nivel.  Pero más que tolerancia al fracaso el empresario tiene ese ánimo y gusto de decir, bien, me equivoqué, pero vamos bien porque ya me equivoqué.  Obviamente para el mundo occidental eso no tiene mucha lógica, pero el mundo oriental lo aplaude y hemos visto que muchos de los empresarios occidentales han traído esas buenas filosofías.  El tercero y creo que debería ser el primero, es esa conexión con el ser divino, el creador de todo.  Si yo estoy atento de la voz de Dios, de identificar necesidades reales sociales en el momento, va a pasar algo mágico.  Es tener ese sentido que muchos le llamarán espiritualidad, otros le llamarán filling, otros le dirán olfato empresarial, como le quieran llamar, pero finalmente se trata de estar atento a esa necesidad real social y poder decir, eso se necesita.

J:  El emprendimiento occidental a veces tiene mucho que ver con la guerra, con esa voracidad del empresario dispuesto a pasar por encima de lo que sea, ¿qué piensa de eso?

F:  Yo diría que gracias a Dios, tenemos libre albedrío, libertad de poner nuestros recursos, esfuerzos, pensamientos en lo que decidamos.  Hemos visto que las empresas que perduran realmente son las empresas que han encontrado un camino de bienestar, de construcción, de felicidad, de algo positivo para la humanidad.  Habrá otras industrias que dan mucho dinero, pero no podemos considerarlas empresas, ni a sus gestores empresarios, aunque sean comerciantes, negociantes, mercachifles.  El empresario es el que realmente encuentra necesidades, crea satisfactores y construye bienestar para la comunidad.

J:  Y ¿qué hay de aquellos que afectan el planeta y la naturaleza?

Definitivamente no podemos llamarles empresarios en su más extenso concepto.

J:  Vamos al tema de la estrategia organizacional.  Ese escenario en el que hay personas, cosas por hacer y unos tiempos record que cumplir.  ¿Qué tanto debe el empresario templar o aflojar?  ¿cómo funciona esa relación de liderazgo y exigencia?

F:  Ahí viene un elemento que son los procesos, porque efectivamente puede haber gente buena, competente, comprometida, pero si no hay claridad en cuáles son los procesos, actividades, etapas, secuencias, definitivamente el riesgo que tenemos de que haya un tejido débil es muy alto.  No solo se trata de plantear la estrategia sino hacerla realidad y eso significa definir con precisión los procesos.  Quién lo va a hacer, con qué lo va a hacer, cuándo lo va a hacer, en dónde va a dejar la evidencia, quién debe revisar, quién debe aprobar, ¿eso lo va a hacer un externo o nos conviene que sea un proceso interno?  Toda esa logística imaginaria es un elemento fundamental.

J: ¿Qué características debe tener el empresario en esos momentos de altos y bajos? Digamos, cuando hay una crisis en la empresa?, por ejemplo, ¿cuando no se pudo cumplir?

F: Yo creo que el reto es llegar a un punto de justicia, es decir, reconocer que no estamos aquí para tener mediocres, ni para administrar pobreza, ni malos resultados.  Estamos para obtener resultados y si no los obtuvimos debemos analizar cuáles fueron las causas.  Debemos tener la madurez para saber qué hicimos bien y qué hicimos mal.  Cuando una alta dirección se excluye del problema empezamos mal.  El directivo debe tener conciencia de que es parte del problema.  Dicen los que saben de calidad que el 80 % de los problemas son causados por las decisiones de los directivos.

Empresario que diga que no se le ha enredado la pita, que no ha tenido fracasos, que no ha tenido problemas, la verdad no pertenece a este planeta.  Definitivamente las empresas, los hombres, las mujeres y los países se forjan a altas temperaturas y altas presiones, como el acero.  Nadie dice que no es duro, es difícil pensar que no alcanza para la nómina, que la competencia va más rápido, pensar que el cliente es muy caprichoso, pero en esa adrenalina y esa necesidad de pensar, viene la gran oportunidad creativa, la oportunidad de buscar otros horizontes.  Yo creo que así como a los deportistas que les gustan los deportes de alto riesgo, el empresario es un deportista organizacional de alto riesgo.  Entre más complejo y difícil, más lo llena de pasión.  Si no es así, tal vez no es su rol. No todos debemos ser empresarios.  Si alguno dice: yo no soporto, no aguanto, está bien, dele el paso a otras personas y usted toma otro rol como colaborador, como asesor, como lo que sea, pero si es un empresario hágalo bien, con pasión, como deben ser las cosas.

J: Después de haber conversado en términos generales sobre la empresa, quiero preguntarle a usted como consultor de Pensemos ¿Cuál es el papel que puede cumplir Visión Empresarial en una organización?

F: Es un medio que ayuda a sistematizar todo lo que hablamos anteriormente.  Ya dejamos claro que la responsabilidad de los lineamientos estratégicos es de la alta gerencia, pero entre más complejidad, variables, dependencias, productos y personas intervengan, es mayor el riesgo de que el discurso se pierda.  Entonces ¿qué hace la suite Visión Empresarial? lo que hace son las venas, los circuitos para todo lo que irriga el corazón, para que pensamientosy deseos lleguen a toda la organización.  Por un lado se invierten recursos, se crean metas y compromisos, y por el otro queremos recoger resultados. Las empresas son como el corazón, pueden tener una potencia increíble, pero si no hay por dónde conducirlo nunca van a llegar y nunca se van a hacer realidad esos sueños.  Visión Empresarial ha servido para conducir toda esa potencia.

J: Hay clientes que comprenden eso y tienen una alta valoración de lo que es la Suite Visión Empresarial y los servicios que Pensemos presta, pero algunas empresas compran la Suite y no la aprovechan del todo, la instalan y no la usan.  ¿Qué cree usted que pasa ahí?

F: Yo creo que es como muchos asuntos, la magia no está en las cosas.  A mí me dan un violín y lo que hago es ahuyentar ratones, en cambio viene un maestro de bellas artes y con el mismo violín hace descender ángeles.  Lo mismo pasa con la Suite Visión Empresarial.  Es necesario tener conciencia y sobre todo decisión para que eso sirva como una herramienta facilitadora.   Hemos visto muchos casos de éxito en donde las organizaciones le han sacado el jugo, han logrado obtener valor de la inversión que ellos hacen y sobre todo cosechar.  Toda herramienta informática de negocios demanda esfuerzos y no solamente hablo de la inversión financiera, hablo de tiempo, de pensar, de definir, de parametrizar.  Todo eso es inversión, pero hemos logrado que muchas organizaciones siembren y cosechen porque está la ley universal de la cosecha.  Usted no puede cosechar si no siembra.  Es como en la agricultura, yo espero cosechar, pero si digo, no es que estoy como cansado para regar el sembradío, está muy cara la semilla y este mes como que no, el fertilizante, humm.  Lo mismo pasa con Visión Empresarial.  El secreto está en esa decisión y ese compromiso real de utilizar la herramienta como un apoyo para el despliegue de la estrategia.

 J: En medio de tanto material, de tantos libros sobre el mundo empresarial, recomiéndenos uno.

F: No quiero sonar ni religioso, ni esotérico, ni místico, pero si quieren un libro, con mucho gusto les recomiendo proverbios.  Tiene la sabiduría del más alto nivel.

J: ¿cómo ve usted el rol político del empresario?  ¿Es parte de su deber contribuir a mejorar el mundo?

Creo que es una responsabilidad sine qua non del empresario.  No concibo un empresario que no esté inmerso en la política, entendiendo que política no es politiquería ni son partidos.  Política como procesos de transformación social, más allá de vender productos.  Probablemente implica hablar con gobierno, implica convocar colaboradores para eso.  No es posible concebir una organización que no quiera estar en ese proceso de la política, porque la política repito, en el más puro de los conceptos, es transformación, bienestar, mejoría de la calidad de vida de las personas en un ámbito organizacional.

Yo invito a todos los empresarios, a todos los esforzados y valientes, porque definitivamente esto no es para todos, a que no claudiquen.  El camino es estrecho, es difícil, es duro, pero también las satisfacciones y sobre todo, es maravilloso tener esa conciencia del cumplimiento del deber.

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Tags: Gestión de calidad, General

autor

Gabriel Roncancio

Soy Magister en ingeniería de sistemas y computación, y me fascina resolver problemas usando datos. Pero sobre todo hago preguntas, esa es mi principal habilidad. Que sean difíciles o fáciles, incluso si son incómodas de responder y preguntarlas implica romper con la norma convencional, me encanta hacer preguntas. Las mejores de ellas y las que más me apasionan son aquellas relacionadas con los negocios y nuestra capacidad de ser humanos.